miércoles, 25 de agosto de 2010

Mensaje de uno de los mineros atrapados a su novia: «Cómprate el traje, en cuanto salga nos casamos»


Bajo un mar de rocas, estamos esperando que todo Chile haga fuerza para que nos puedan sacar de este infierno», pidió el martes Luis Urzúa, el jefe de turno de los trabajadores el día del derrumbe, en la primera conversación directa que sostuvo el presidente Sebastián Piñera con los mineros atrapados. «Estamos bien, pero tenemos hambre», agregó Urzúa, pocas horas después de que comenzaran a llegar hasta la profundidad de la mina a través de una de las sondas las primeras remesas de glucosas y sopas en 33 recipientes sellados.
Los médicos enviaron también instrucciones sobre cómo consumir los primeros líquidos nutrientes y advirtieron que, al menos por unos días, no podrán ingerir alimentos sólidos. Durante los primeros 17 días previos a tomar contacto con la superficie, los mineros consumieron a diario dos cucharadas de atún, medio vaso leche y agua.
«Estamos haciendo todo lo posible por sacarlos de ahí, pero estos trabajos tomarán su tiempo», les dijo Piñera en el contacto radial, sin precisar los plazos que demorará el rescate. Los psicólogos que asesoran al equipo de rescate han indicado que por ahora no es
El primer operario será sacado como mínimo en dos mesesconveniente decirles a los mineros las estimaciones de tiempo que hay sobre las faenas del taladro que comenzará sus perforaciones este sábado. Según ha dicho el ingeniero Andrés Sougarret, responsable técnico del rescate, no antes de dos meses podrán sacar desde el fondo de la mina al primer operario, incluso puede demorarse más.
Piñera dijo el martes en una ceremonia religiosa que los mineros no estarán para las celebraciones del Bicentenario de Chile, el próximo 18 de septiembre, pero sí para Navidad y el Año Nuevo. Pese a la angustiosa situación de estar sepultados bajo tierra durante tres semanas, los trabajadores están más preocupados de sus familias que de sí mismo.
El miércoles, los operarios enviaron a la superficie una carta colectiva a sus familiares, repleta de palabras tranquilizadores y de confianza en los resultados de las operaciones de rescate. Uno de ellos, que convive con su pareja desde hace varios años, le pidió que «compre un traje de novia, porque espero casarme contigo apenas salga a la superficie».

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