jueves, 19 de agosto de 2010

¡Una verdadera pena!


Lamentablemente, los monumentos de nuestra ciudad, y no pocas paredes de instituciones públicas, son habitualmente objeto de graffittis y pintadas que poco tienen que ver con alguna forma de arte.

El pedestal de mármol del monumento a San Martín se encuentra la mayor parte del año escrito con aerosol, marcadores, liquid paper, lo mismo que la base de la pirámide de plaza Libertad, y el busto de Moreno en la plaza que lleva el nombre del prócer de tanto fuego apagado con tanta agua (parafraseando a Saavedra).

No hablemos de los frentes de la casi totalidad de las escuelas.

Una verdadera pena que, mientras una buena parte de la sociedad hace un serio esfuerzo por embellecer las siete colinas realzando su atractivo turístico y favorecer el desarrollo de la comunidad, algunos pocos mocosos malcriados que dentro de unos años posiblemente se quejen de la falta de trabajo no tengan nada mejor que hacer que ensuciar lo que es de todos.

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