Las paredes del planeta hablan, sonríen, miran y hasta señalan con obras que convierten los espacios urbanos menos apreciados en auténticas galerías de arte.
Nelson Mandela, Boogie el aceitoso, Jack Nicholson y Kung Fu Panda tienen algo en común: son las imágenes que adornan calles otrora grises y aburridas, pero que gracias a la acción artística de pintores, por lo general anónimos, cobran relevancia en un paisaje urbano que satura la retina humana. Y si bien, una gran cantidad de los graffitis que se aprecian en las ciudades contemporáneas obedecen a caprichos del todo personales en forma de expresiones de amor y/o odio hacia mujeres, partidos y equipos de fútbol, entre otros, muchas otras paredes terminan por transformar la mirada de los transeúntes y le brindan a ciertos callejones un motivo para pasar sin que medie la obligatoriedad rutinaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario