
En el nuevo control de tránsito, el gobierno porteño no sólo mide el nivel de estupefacientes en la saliva, sino también en los ojos, con un detector de pupilas dilatadas
Ante ello, las autoridades contemplan que frente a un resultado positivo de ambos métodos, se secuestrará el vehículo y se le pondrá al conductor la multa por conducir bajo efectos de estupefacientes, de entre 200 y 2.000 pesos y de uno a diez días de arresto.
De los 24 puestos de alcoholemia que rotan por la Ciudad, uno será para evaluar si los conductores consumieron drogas en test que se realizarán de noche y en zonas donde hay boliches con ambulancias del SAME en el lugar.
Cabe destacar que por dos pupilómetros, la Ciudad invirtió $238 mil que se suman a los $750 mil por la adquisición de los 10.000 tests de saliva.
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